El Quemador

Como todos los días entro en el Quemador para vender las piezas de caza que había conseguido aquel día y que llevaba ocultas. Los agentes de la paz hacían la vista gorda la mayoría de las veces, de hecho más de una vez alguno de ellos me había comprado carne, pero bastaba con que tuvieran un mal día para que te lo quitaran todo, eso si tenías suerte. No recordaba haber visto algún castigo público, pero sabía que la caza furtiva era ilegal y no quería arriesgarme demasiado, y menos cuando se trataba del sustento de mi familia. Saludo con la cabeza a varios conocidos al pasar junto a ellos mientras voy sacando las piezas de caza, varios conejos y una ardilla, y me paseo por los puestos negociando un precio por la carne, también con la gente que se me acerca con la esperanza de conseguir un buen acuerdo y llevarse algo.

Mientras recoloco las diferentes botellas con todos lps tipos de licores que se hacer aparece uno de los hombres de la paz habituales por mi puesto a por su dosis diaria de licor de setas para las nauseas de su mujer embarazada, no es uno de mis licores mas caros pero hay que cuidar a los clientes habituales asique le tiendo la botella y empiezo a descorchar otra de un licor muy suave y con hierbas para calmar los nervios y le echo un poco en un pequeño cuenco de madera mientras le guiño un ojo.
-Te va a hacer falta,si hoy sale de cuentas-
se rie y se toma todo el contenido del cuenco de madera. -Si y como no le lleve tu maravilloso líquido no vas a volver a verme- Me da el dinero de la botella y se marcha con prisas. Entonces veo a uno de los cazadores furtivos que regatea con unos cuantos comerciantes por suspiezas, es un chico muy joven puede que incluso todavia tuviera edad para la cosecha. Cuando pasa me inclino en mi puesto y le digo:-No les hagas caso que sus precios no son tan buenos y algunos ni tienen el dinero todavia.- Le sonrio al chico y entonces veo justo detras a un viejo pillo que me mira sorprendido y añado:-A que si Devan, todavia me debes una botella de amapola.-
Espero a que el cazador se pare delante de mi puesto para ver si su material es de buena calidad.

Mientras hablo con un anciano, regateando el precio de uno de mis conejos, una chica se dirige a mí y me giro para mirarla. Me sonríe y luego se dirige al viejo, que parecía tan sorprendido como yo. Le miro de reojo, al igual que él a mí, mientras esperaba mi reacción a las palabras de la chica.

- Ya veo, pero los que tienen dinero normalmente no aparecen por aquí - Le digo a la chica, devolviéndole la sonrisa y luego me dirijo a Devan - La caza está siendo buena estos días, quedate el conejo y ya me lo pagarás cuando puedas y de la manera que puedas

Después de terminar con Devan me dirijo al puesto de la chica, parándome delante de el por si me quería comprar algo o hacer un intercambio.

- ¿Quieres comprarme algo? Tengo estos conejos y esta ardilla. Como puedes ver tienen buen aspecto y están bastante gordos, todo recién cazado. Podemos hacer un intercambio o si puedes pagarme con dinero puedo hacerte un buen precio

Le muestro la mercancía mientras hablo.

El chico me muestra su mercancía y veo que es verdad lo que me dice, los conejos están bien alimentados y de las heridas todavía sale sangre. Me fijo especialmente en uno que tiene la flecha en la cabeza.
-Deja me ver ese que tiene la herida en la cabeza. Mis licores no solo llevan hierbas y no hay muchos conejos que lleguen a mis manos en tan buenas condiciones.-
Digo mientras agarro el conejo y me voy fijando en que no tenga ninguna parte más del cuerpo dañada. Hacía tiempo que no veía conejos normalmente lo que llega al quemador a menos de gente como yo solo son las ardillas. Puede que hoy coma conejo si el precio es lo bastante bueno. Pienso mientras saco de debajo de la camiseta una pequeña bolsa de tela atada a mi cintura con una cuerda y miro cuanto dinero tengo dentro sin que el chico pueda saber exactamente cuanto estoy contando.
Dejo el conejo a un lado de mi tenderete y saco unos pequeños cuencos y una botella de un suave licor de bayas dulce y con poco alcohol, no creo que el chico haya bebido mucho en su vida por lo joven que se le ve, de debajo de la mesa; echo un poco de líquido rosado en cada uno y le vuelvo a sonreír al chico al mismo tiempo que le tiendo un cuenco.
-Ha sido muy amable por tu parte lo de Devan, no lo está pasando muy bien esta temporada, solo por eso a esta invita la casa.- Le digo mientras me llevo el líquido a la boca y lo bebo de un trago.

Se interesa por la caza y le dejo ver el conejo que me pide, dándoselo para que comprobara la pieza con comodidad. Guardo silencio un momento, dándole tiempo y mirando a mi alrededor, buscando otros posibles clientes a los que dirigirme más tarde y comprobando como estaba el ambiente por si aparecía algún agente de la paz. Vuelvo a mirar a la chica y asiento.

- Esta temporada está siendo bastante buena, hay caza abundante y bien alimentada. Si te interesa el conejo puedo dejártelo por este precio

Le digo un precio que era razonable, dejándoselo muy bien de precio. Espero mientras saca una bolsa y cuenta el dinero. Luego saca unos cuencos y una botella de licor y lo sirve en los cuencos. Sonrío y me encojo de hombros.

- Lo hubiera hecho por cualquiera, viviendo aquí es difícil tener buenas temporadas, y ninguno de nosotros tenemos casi dinero así que...  - Le digo, quitándole cierta importancia. - Pero gracias por invitarme

Bebo un trago del licor y al instante noto el sabor suave de las bayas. Sonrío.

- Delicioso, si lo prefieres puedes pagarme con una botella de este licor, a mi padre le gustará probarlo

El chico empieza a caerme bien de verdad, parece entender como vive la gente pobre del distrito como yo y todos los que vivimos en el quemador, no es ningún niño al que le gusta salir a cazar para pasar el tiempo y vende las piezas por capricho. Vuelvo a mirar el conejo y saco las monedas que me pide por él. y preparo una pequeña botella con un poco de licor.
"Si quiero hacer buenos licores que necesitan de partes de animales necesito más piezas como estas." Pienso mientras le tiendo el dinero y el licor.
-Yo también estoy teniendo una rachas bastante buena, además eres un gran cazador y mis licores no solo se hacen con plantas pero la mayor parte de los animales que llegan hasta aquí están destrozados o no se sabe ni de qué han muerto, tu y yo podríamos hacer muy buenos negocios si sigues consiguiendo estas piezas. Espero que pienses igual que yo.- Le digo con una sonrisa. En nuestro distrito el compañerismo es fundamental para sobrevivir pero los cazadores furtivos tienen que tener mucho cuidado de no cruzarse con un agente de la paz que tenga un mal día.

Sonrío y acepto las monedas y el licor por el conejo, guardándomelo todo con cuidado, sobre todo la botella. No me haría ninguna gracia que se me cayera y se rompiera por el camino de vuelta a casa. El dinero me ayudaría a conseguir otras cosas que necesitaba. Escucho su propuesta de hacer negocios con ella y me quedo pensativo un momento. La caza estaba siendo buena estos días y ella también estaba teniendo una buena racha. Asiento con la cabeza.

- Está bien, me parece una buena idea la de ayudarnos mutuamente. Cuando vaya de caza te reservaré una parte de las piezas que cace para tu negocio, así podrás elaborar tus licores, con la excepción de la llegada de la Cosecha, esos días hay demasiada vigilancia y es demasiado arriesgado salir del distrito. - Le digo con seriedad pero luego sonrío - Soy Garion - Le digo presentándome.